
se sentía invencible conduciendo ese carro de combate, sin muros ni obstáculos que pudieran detenerle... recuerda la academia, las carreras con otros blindados, la euforia de sentirse tan vivo y fuerte... pero nunca le enseñaron qué había que sentir cuando se tiene en frente, como ahora, a un hombre con sólo dos bolsas de plástico en las manos...
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